ObservandoNos: Dos ideas clave para trabajar el rol de la persona adulta cuando se acompaña a la infancia.

Ilustración de Clara Luna, del libro “Clara y las sombras’.

Las personas que trabajamos con la infancia, sea desde la educación o desde la crianza, nos hallamos ante un camino lleno de desafíos y encrucijadas, muchas veces complicadas de resolver. Hay muchas acciones que podemos realizar para enfrentarnos a ellas con más herramientas.
Cada quien puede elegir qué “entrenamiento” se acercan más a su visión del mundo o a los retos personales que necesita revisar. Veamos cuales pueden ser algunos e los aspectos claves a los que podemos enfrentarnos en este viaje.

1-  La formación.

Ya lo dijo Sócrates: “El conocimiento os hará libres”.
Cada quien va eligiendo qué perspectivas se acercan a su visión del mundo y cuales disciplinas le pueden servir para enfrentarse a sus retos personales. El caso es que nunca viene mal buscar información sobre los temas que más nos preocupan. Leer, hablar con otras personas, buscar opiniones o realizar cursos… Todo ello hace que podamos comprender cosas que están fuera de nuestro alcance, replantearnos viejas ideas, repensarlas, discutirlas y muchas veces desecharlas.

Hoy en día existen infinitas posibilidades de acceder al conocimiento, y lo que sí es importe es establecer algún tipo de filtro entre aquello que resulta afín a nuestro sentir, y aquello que choca. En una sociedad tan sobresaturada de información hay que caminar con cuidado para no caer en corrientes que planteen ideas contrarias a nuestros principios.

Buscar dentro del marco de la educación respetuosa, de la crianza consciente o con apego, de las pedagogías activas, de la disciplina positiva o de la comunicación no violenta, puede facilitarnos la tarea si queremos encontrar corrientes afines a la filosofía Montessori. Se trata de profundizar en aquello que más nos resuene, cada quien con sus ideas.

2-  Mirarnos por dentro.

Es muy habitual buscar fuera aquello que falta dentro. Muchas veces nos perdemos rastreando respuestas en el exterior, sin antes haber revisado lo que tenemos más cerca, es decir, nosotros mismos; nuestro interior.
El trabajo personal es una de las claves para poder acompañar a otras personas de manera positiva. Adultos sanos generan situaciones sanas. Sin embargo todo aquello que nos perturba y nos oprime, se manifiesta cuando tratamos con otras personas.
Las niñas y los niños actúan como un espejo que refleja de manera increíblemente certera aquello que tienen enfrente. Podemos leer mucho y tener un montón de títulos, pero no servirán de mucho si no resolvemos nuestros conflictos interiores. Es decir, podemos ser grandes profesionales y madres y padres eficaces, eso es indiscutible, pero holísticamente nos hallaremos ante un fractal incompleto si la parte emocional no es atendida.
Las criaturas tienen una increíble capacidad de ver. No solo de ver con los ojos, sino de percibir la totalidad. Más allá del mensaje que les intentemos transmitir verbalmente, ellas absorben todo el conjunto. Si en nosotras existe impaciencia, inseguridad, miedo, frustración o cualquier otra cosa que dificulte nuestra actitud, ellas lo van a notar. Es como si fueran detectores de La Verdad, con mayúsculas. Aunque seamos más mayores, en eso no les engañamos, al revés, creamos verdades a medias y mostramos muchas veces realidades engañosas. Un ejemplo es cuando pedimos que no se grite. Y lo pedimos gritando.

Por todo esto, un gran trabajo que podemos hacer es observarnos nosotr@s por dentro. Y es un trabajo que no se hace una vez y listo. Es constante y a veces es difícil, y no siempre apetece.
Pero solo siendo conscientes de nuestras sombras y abrazándolas podemos sanarlas y presentarnos de manera limpia delante de esas personitas que aún no están llenas de recovecos y escondrijos, que nos miran con una mirada sincera y que merecen de vuelta la mayor honestidad posible.

Nuevo curso sobre Normalización, un camino al encuentro interior.

Esta semana en OMCI ofrecemos la siguiente entrega de cursos en línea, esta vez con el siguiente tema: “Normalización, un camino al encuentro interior”, que estará impartido por Virce Sánchez.
El contenido del curso parte de una reflexión personal del rol de Guía como un facilitador para educar la voluntad de las niñas y niños hacia el camino del encuentro interior, respetando los ritmos individuales de cada uno para adquirir la independencia. Según palabras de la propia Virce: “Se trata de una invitación a entender la educación desde la libertad, y una invitación también al adulto a la auto observación, para encontrarse con su niño interno y poder observar a los niños sin prejuicios, con amor y humildad.”

Virce Sánchez es Licenciada en Filosofía y Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Master en Planificación e Innovaciones Educativas en la Universidad de Alcalá de Henares, Facilitadora de BioDanza y Especialista Montessori. Ha ejerciendo durante 24 años en Chile, 15 años en Aula como Guía de 3 a 6 años, y 18 años dedicada al profesorado, preparando Guías y Asistentes Montessori en Chile. Su dedicación y perseverancia han servido para difundir las ideas y filosofía de la Educación Montessori en su país, extendiendo está semilla no solo a través de la infancia, sino también formando a cientos de personas adultas para acompañar ese cambio.

No te lo pierdas, estará disponible de forma libre en el Aula Virtual de OMCI del 14 al 21 de julio.
Solo tienes que registrarte aquí:
https://www.montessoricanela.com

En la Organización Montessori Canela Internacional trabajamos día a día desde la neurociencia, el desarrollo humano, y la metodología Montessori para fomentar un necesario cambio de paradigma en la educación, humanizándola y haciéndola accesible para todas y todos.