Inteligencia emocional en las aulas

La inteligencia emocional es un concepto que se popularizó durante los años 90 y que hace referencia a la habilidad de gestionar las emociones, es decir, entenderlas, atenderlas, expresarlas, transmitirlas, tomar decisiones, etc, tanto las emciones propias como las del resto.

La inteligencia emocional toma fuerza porque se hace evidente que el ser humano es un ser social, que se vincula con otros, convive en una comunidad y tiene un rol en la sociedad. Así mismo se entiende que la inteligencia emocional en las aulas es importante para favorecer no solo los procesos de aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes, sino que también para su desarrollo integral como seres humanos.

La educación Montessori es parte de una filosofía de vida, que tiene por objetivo ser una ayuda para la vida, seguir el impulso vital de l@s niños y jóvenes y muy importante es la educación para la paz y sociedad por cohesión.
 Así es que en los ambientes Montessori trabajamos el concepto del Ambiente Preparado psíquico, esto quiere decir, que no basta con tener unos muebles bonitos, adaptados al nivel de desarrollo de los niños y niñas, materiales naturales, materiales accesibles y todo lo que implica el ambiente preparado físico, si no se genera un clima relacional idóneo o apropiado para disminuir los niveles de estrés que pueda a los que pueda verse sometido un niño, una niña o un adolescente que le impidan desarrollarse apropiadamente.

Ese espacio relacional se tiene que facilitar la interacción social y para poder generar una interacción social y una vida comunitaria es importante que se desarrolle la individualidad (no individualismo). Existen mitos urbanos alrededor de Montessori, hay quienes dicen que la educación Montessori es individualista, que los hace seres egoístas porque trabajan solos o porque ponemos énfasis en el desarrollo personal, en el desarrollo del individuo. 

Esto es un error en función de cómo se comprende este término a nivel social, porque para la construcción de un yo colectivo, que sería el nosotros, es relevante y la primera parte de esa construcción, desarrollar el yo individual. A partir del yo individual puedo abrirme, estar disponible, para que pueda permanecer en mi presencia, abrir los ojos, reconocer la presencia del otro, acoger y no perderme en ese vínculo o en esa relación, que es algo que nos pasa mucho a los adolescentes y los adultos, que nos perdemos en la relación con el otro porque no hemos cultivado la relación con nosotros mismos.

Por ejemplo, en la pedagogía Montessori en el área de vida práctica, hay presentaciones donde desde muy chiquitos, aprenden a decir que no y a recibir un no, se trabaja mucho los límites, las normas son colectivas y por tanto se cumplen entre todos y todas, ya que generan un marco de relación sana. 

Hay muchas cosas que se pueden favorecer en el ambiente pedagógico: el diálogo, hay pocas normas y las normas que existen se sostienen en el tiempo,  y hay cosas que son de mutuo acuerdo. 

Es importante lograr entender lo que vamos sintiendo para la gestión emocional,  lo que lo que siento al estar en relación con el entorno. No es que existan clases específicas de esto, sino que a partir de la vida cotidiana vamos aprovechando todas las instancias para validar las sensaciones que el otro manifiesta, es decir, si un niño se siente triste pues validamos esa tristeza, o un llanto, no es que le digamos “no llores o no es para tanto”, sino que escuchamos, observamos y acompañamos.

La comunicación debe ser directa, es importante saber comunicar lo que estoy sintiendo, saber comunicar lo que estoy pensando, si no estoy de acuerdo contigo también,  o sea cómo podemos crecer en la diferencia y cómo también dentro de esa diversidad yo reafirmo mi individualidad. Todo esto va acompañado de un trabajo muy importante de la autoestima, de la autoconfianza, de la autoimagen y de poner todos mis tesoros y mis talentos al servicio del grupo y la comunidad.

Idealmente hacerlos compartir en espacios multigrado porque en las escuelas que son homogéneas, donde todos los niños tienen la misma edad, siempre son las mismas personas las que asumen el mismo rol de liderazgo, en cambio aquí se les da la oportunidad de que los liderazgos vayan variando en función del momento de vida en el que esté un niño y también de lo que más le guste hacer. Hay muchas otras opciones de abrir esos campos de interés y de relucir y brillar, porque es importante que todos puedan brillar, que todos podamos encontrar nuestra propia luz.

No necesitamos tener múltiples estrategias para resolver las cosas, lo más importante es cultivar la presencia. Para eso tenemos ritos, mucho contacto con la naturaleza. 

María Montessori habla de la sociedad por cohesión dónde estamos al servicio unos de otros y también en este concepto de Ambiente Preparado de Montessori Canela hemos desarrollado esta idea de que es un ecosistema, donde cada quien tiene un lugar.