Vacaciones: equilibrando la organización familiar

Las vacaciones suponen un desafío en la gestión del tiempo y de actividades. La organización familiar siempre es un tema complejo de resolver, más en momentos en que las vacaciones de los hijos no coinciden con las vacaciones de madres y padres. Buscamos un equilibrio, nos movemos en un plano de lo ideal y de lo real, buscando formas creativas y accesibles para poder conciliar la maternidad-paternidad con lo laboral. En el día a día son pocos los momentos en los cuales podemos compartir sin prisas con nuestros hijos y esos espacios y momentos se convierten en verdaderos tesoros que hay que cuidar.

Para favorecer los vínculos y el desarrollo de cada niño es preciso contar con la posibilidad de decidir en familia cómo se organizará el tiempo para que dentro de la vida en el hogar donde existe un ‘yo colectivo’ (nosotros), no perdamos de vista nuestro ‘yo individual’. 

Durante las vacaciones la dinámica familiar debe ajustarse a estas nuevas rutinas, la nueva estructuración del día, del vínculo de quienes están compartiendo este espacio de forma que las vacaciones permitan a todos disfrutar y descansar en armonía.

Es importante saber que los tiempos de familia no debe asfixiar el vínculo tanto entre adultos como entre niños-adultos, es interesante que según la edad se puedan hacer acuerdos familiares, sobre momentos del día en el que cada uno puede usar el tiempo individual como quiera y en lo que quiera, y en qué momentos del día o instancias se harán cosas de manera colectiva.

Es necesario ponerse de acuerdo en el tipo de decisiones que se van a tomar para que los espacios individuales también sean espacios enriquecedores de presencia.  Para ello se debe considerar el plano de desarrollo en el que se encuentra cada niño, niña o adolescente, pues influye en la organización familiar, la repartición de tareas del hogar.

En el caso de los adolescentes es importante respetar sus momentos de sueño, muchas veces su vida social presencial o digital, el por la noche y si es parte de sus decisiones, es necesario llegar a consensos sobre hasta qué hora se quedan en actividades sociales vs a qué hora se les hace despertar. Es importante respetar el reloj biológico, por ejemplo si un adolescente se ha dormido a las 3:00 o 4:00 de la mañana, no podemos pretender tomar desayuno todos juntos en la mañana. 

No es necesario que todo ocurra en el exterior, planificar todas las actividades fuera de casa, también podemos pasar tiempo en casa, disfrutar los espacios que nos acompañan día a día.